Revelations
27/08/17
Una vez escribí
sobre un sueño que tuve contigo, totalmente real en mi mente y pensé: Con que
me quieras tú, que me odie el mundo.
Como vuelves
a desvanecerte de mi vida y solo tengo silencio, me acordé. No de una manera
negativa, sino más bien nostálgica. Sabiendo que te vas lejos, no he dejado de
darle vueltas a todo. ¿Qué típico verdad?
Suele
pasar, cuando ves que se aleja algo realmente importante y sin resolver,
quieres decir y hacerlo todo, antes de que sea demasiado tarde.
Yo
siempre lo dije, nunca nos hemos topado con la misma frecuencia entre nosotros,
al menos no en estos tiempos. Relaciones paralelas que sabíamos que iban a
acabar, y acabaron. Pero estamos condenados. Desde hace una maldita década lo
estamos.
Condenados
a siempre pensar en el: ¿y si…?
Todavía
recuerdo las dos palabras que hicieron que una vez te quedases sin palabras.
Fue liberador y cómico. Me quedé con la conciencia tranquila, pero sabía que no
iba a cambiar nada, los pasos que se deben tomar no son cosa de uno, si no de
dos.
Y cuando
tu podías, yo no podía. Nunca coincidimos en la misma frecuencia.
O quizás
solo somos algo platónico inalcanzable, algo a lo que aspirar, pero nunca
tener. Algo que nos hace daño, vamos y volvemos, pero nunca podemos irnos y
dejarlo completamente. Ni contigo ni sin ti. Esa es una idea realmente trágica y
dolorosa con la que vivir en una sola vida ¿no crees?
Estoy
segura que, si al menos lo intentásemos durante algún tiempo, nos quitaríamos esa
maldita espina que tenemos clavada en la puta espalda y no llegamos a arrancar.
Incluso oye, podríamos decir que lo intentamos y podríamos cerrar este maldito
circulo vicioso que me arrastra desde hace eones a la más completa frustración.
Esa maldita mosca en la oreja, esa melodía que siempre suena de fondo, pero que
nunca supe que era. Eras tú. ¿A buenas horas me entero no?
Creo que
es la primera vez que hablo en plural en un escrito, es curioso y gracioso. Y
yo que pensaba que no podía ser más egocéntrica, pienso en un nosotros y en
plural. ¿Qué es esta locura?
No
pretendo nada, salvo decirte toda la verdad, sin tapujos, sin mentiras, sin
adornos, sin indirectas, sin ira, sin miedo. Que todo quede absolutamente claro
y al fin podamos ser transparentes. La madurez para decirte todo esto la obtuve
gracias al sufrimiento, las experiencias vividas y al maldito instinto.
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