Help, Myself, Love, Peace.
07/04/18
Cuando crees que no puedes caer más bajo...sigues cayendo
como Alicia en la madriguera del conejo.
Esa maldita madriguera infinita que sigue expandiéndose a través
del espacio-tiempo que resulta mi vida.
Con idas y venidas, con tensiones, emociones a flor de piel,
traiciones, despedidas agridulces.
Mi frenética mente no para a descansar ni un segundo en todo
el día. Lo mejor que me puede ocurrir muchas veces es que acabe tan agotada físicamente
que solo quiera hundirme en la cama y dormir. Y no pensar.
Tus pocas personas de confianza dicen que debes huir de
aquello que te hace mal. Parece una solución válida, aunque a mi parecer es
incompleta. Se debería eliminar el ambiente tóxico a la vez que saber el motivo
de su toxicidad. Enfrentarse al veneno.
Y un buen día, te despiertas y decides que no quieres seguir
así. Reúnes las pocas fuerzas que te quedan, sales con tu mochila llena de
miedos, rabia, dolor, ira y frustración y buscas ayuda.
Ayuda. Tan raro como pueda sonar, tan débil como pueda
parecer, es lo mejor que se pudo hacer. Cuando llevas toda tu vida lidiando
sola contigo misma y tus batallas, es agradable ver que alguien fuera de tu
cabeza te comprende y ve que tiene solución. Es muy reconfortante ver que
alguien te acepta tal y como eres y te guía a través de la densa niebla.
Nos pasamos la vida aprendiendo, pero nadie nos dice que hay
ciertas cosas que debemos desaprender, por nuestro bien. Para encontrar paz
interior debemos desterrar las reacciones químicas que nos hacen saltar sin
saber por qué. El instinto sirve de algo si está bien calibrado. Si todo te
parece una constante amenaza, siempre ves fantasmas. Y no ves la realidad a tu
alrededor. Y no disfrutas del día a día.
Al final del día, lo que anhelas, es que alguien te quiera
tal y como eres. Sin máscaras. Natural. Solo tú, todo tú.
Y quien no vea lo maravilloso que es ser solo tú, sin
tapujos. No lo necesitas en tu vida. No mereces más que alguien que te quiera
entero. Que no te quiera más que lo bueno y desee lo mejor para ti. Sin celos
ni amores turbios o deformados por la sociedad. Cuando alguien te ve brillar
cuando sólo tú ves sombras. Eso…te cambia la forma de verte a ti misma. Te redescubres
a ti misma. Y empiezas a verte completamente tú. Buscas lo que anhelas,
quieres, debes, necesitas. Te buscas a ti misma.
Hay buenas personas, maravillosas personas. Sólo tienes que
buscar y a veces, ni eso. Simplemente, aleatoriamente, por casualidad,
aparecen. O algunas mentes dicen que es el destino, que tenía que pasar. Y
conectas y te hacen sentir bien. Y tú te sientes bien. Y lo más importante,
puedes vivir solo en armonía. Pero decides rodearte de compañía que te hace
crecer, creer y sentir. Puedes continuar tu camino, pero acompañado sabe mejor.
Y te llenas de buena energía, te alimenta los sueños, las
fuerzas.
Y te vas de viaje, y explotas de bienestar y quieres
repetirlo una y otra vez. Encuentras un sueño más: recorrer el mundo viajando.
Y te das cuenta que cuanto más camino recorres, a pesar de
todo el sufrimiento, de todas las despedidas, alegrías, dificultades…merece la
pena cada día de vida, merece la pena estar vivo. Y vivir, que eso pocas
personas lo hacen.
Cuando quieres, pero no puedes.
Cuando puedes, pero no quieres.
Buscando mi equilibrio.
Volviendo al principio: A quererme, escucharme, descubrirme.
Siendo toda yo, esta vez de verdad.
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