Domingos Ambiguos
Te despiertas sin despertador. Sin una hora concreta. No tienes absolutamente nada de prisa, no hay planes a la vista. Realizas tu rutina habitual con las tareas de siempre y cuando terminas, eso es todo. Intentas mantenerte ocupada para no pensar en exceso con las dudas que te surgen sobre los demás y sobre ti misma. Sigues ordenando lo ya ordenado, limpiando sobre limpio. Escuchando ruido para callar tu mente. Y no parece funcionar. Te ayuda realizar actividad física para agotarte, pero no por mucho tiempo. Tantas aventuras fuera de casa, pero te sientes completamente atrapada en tu cabeza y te pesa todo el cuerpo. Solo quieres salir de tu cabeza. Pero no te dejas. En terapia te enseñan que no debes frenar a tu cabeza, o si no se volverá contra ti. Pero nunca parece ser suficiente y a veces cuesta tanto alcanzar el equilibrio que te colapsas. Te colapsas de no pensar nada en absoluto a pensar en absolutamente todo. Y sientes con todas tus fuerzas que necesitas des...